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Style life: Psicología Positiva, ¿una moda?

Setiembre de 2022
Foto Luis Montoya

Luis Montoya
Gerente de experiencia del cliente con Maestría en psicología educacional

Durante mucho tiempo la disciplina de la psicológica ha tenido un sesgo, que se dedicaba a tratar los aspectos negativos o patológicos del ser humano, temas como la ansiedad, el TDAH, el estrés, la depresión. A menudo el Dr. Martín Seligman, director del departamento de Psicología de la Universidad de Pensilvania ex presidente de la Asociación Americana de Psicología (APA), y autor de varios bestsellers, entre los que destacan: “La auténtica felicidad”, y “Florecer, la nueva psicología positiva y la búsqueda del bienestar”-, a menudo comenta en sus conferencias, que “perdió” la mitad de su carrera profesional tratando de aliviar problemas del ser humano usando terapias, esquemas psicoanalíticos y pastillas, que tenían efecto limitado y donde conseguiría, a lo más, llevar a una persona a la condición de “normal”, versus la gran alternativa de dedicarse a potenciar las fortalezas que tienen todos, a mirar el lado radiante y positivo del ser humano, buscando el bienestar, viendo posibilidades en vez de carencias, viendo fortalezas en vez de debilidades, en resumen, a enfocarse en los aspectos positivos del ser humano, en la felicidad. Parte de estas teorías las ha estudiado y desarrollado el Dr. Seligman en las últimas décadas, quien es considerado el padre de la Psicología Positiva.

La psicología positiva no reemplaza o ignora la práctica de la psicología tradicional, actúa como un complemento, que renueva y refresca la práctica, y en ese sentido el Dr. Seligman desarrolla su teoría del bienestar con un constructo, en el sentido que es el conjunto más que acciones individuales que nos llevan al bienestar, que denominó PERMA, por sus siglas en inglés de Positive emotions, Engagement, Relationships, Meaning y Accomplishment, que representan: 1) El desarrollar más las emociones positivas, construyendo momentos de felicidad, realizando acciones que nos lleven a vivir con más satisfacción, alegría y a tener experiencias placenteras, 2) Tener un compromiso y concentración en lo que hacemos, que perdamos la “noción del tiempo” y entrar en lo que llaman los autores, un estado de “flujo”, 3) Generar, desarrollar y conservar relaciones positivas, con quienes compartimos en el trabajo, hogar, pareja o amigos, relacionas sanas y que nos sumen, distanciando y cortando aquellas que nos generan toxicidad, quizá uno de los principales puntales del bienestar, 4) tener un sentido de propósito, de razón por la que hacemos las cosas, servir y pertenecer a algo que consideramos superior a nosotros, generar un legado, y 5) Tener un sentido de logro, de metas a alcanzar, de realización, tener carácter y decisión para plantearnos retos y trabajarlos, como tener éxito, en el concepto que tengamos de este. Todos estos elementos en su conjunto y mezcla, señala Seligman, sirven para alcanzar el bienestar.

Otra gran impulsora de le Psicología positiva, la Dra. Sonja Lyubormisky, profesora del departamento de Psicología en la Universidad de California Riverside, graduada Summa cum laude de Harvard, y autora de varios libros entre ellos “La ciencia de la felicidad”, nos dice que el bienestar es una sensación de felicidad que está presente por tiempo limitado, y tiene un alcance de parte nuestra, también limitado, por eso explica la “solución del 40%”, desarrollado en un amplio estudio que realizó, logró determinar que un 50% de lo que determina nuestro bienestar o felicidad viene de manera genética a nosotros, es decir, nacemos con esto, es nuestro valor de referencia, al cual llegaremos si nos ganamos la lotería o sufrimos una perdida muy grande; lo siguiente es que existe un 10% marcado por las circunstancias en las que crecimos o nos criamos, por el entorno en el cual nos desenvolvimos, sea una casa con amor, o un barrio peligroso o un orfanato, no podremos alterar esto; pero que existe un potente 40% que depende exclusivamente de nosotros, que lo marcan nuestras decisiones y acciones que tomamos de manera deliberada, las mismas que influyen en nosotros y los que nos rodean, por ejemplo practicar el agradecimiento, o el perdón, contar chistes, o enfocarnos en el presente.

Existen cada vez más seguidores de esta disciplina, abundante literatura y cursos, se siguen investigando sus efectos en diversos campos como por ejemplo la educación, y se tiene colaboración con otras materias como la economía o la sociología.

¿Qué? - me dije a mí misma. Entonces, ¿mi mamá, que todo lo sabe, estaba equivocada cuando me dijo que yo no era deportista, si no artista?

Referencias
-Seligman, M. (2022). Florecer, la nueva psicología positiva y la búsqueda del bienestar. Ed. Oceano
-Lyubomirsky, S. (2008). La ciencia de la felicidad. Ed. Urano

Nota: El presente artículo, así como la opinión vertida en el mismo, son de exclusiva responsabilidad del autor. En ese sentido, la opinión del autor puede no coincidir con la opinión de BanBif, sus funcionarios, directores, accionistas y/o empleados, así como tampoco puede ser considerada como una asesoría y/o recomendación de BanBif a sus clientes o cualquier tercero.

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