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Tendencias en Inversiones Alternativas Privadas

Octubre de 2023
Foto de Tendencias en Inversiones Alternativas Privadas
Foto de Raul Calle

Raúl Calle Benito, CFA
Estrategia de Inversiones – BanBif Selecta

Las inversiones alternativas privadas engloban un amplio espectro de activos, que están fuera de las clasificaciones de activos tradicionales como acciones, bonos, real estate público y cash. En el largo plazo, muestran una baja correlación con respecto a las inversiones tradicionales, asimismo su naturaleza privada implica una baja liquidez relativa y periodos obligatorios de inversión de varios años. El universo de activos dentro del mercado alternativo privado está evolucionando constantemente, pero destacan activos como: real estate privado, crédito privado, private equity, entre otros.

Las últimas crisis en los mercados financieros, como la burbuja puntocom en el 2000, la crisis financiera en el 2008 y la pandemia en 2020 han demostrado a los inversionistas las ventajas de tener inversiones alternativas que ayuden a diversificar un portafolio. Una de las lecciones que nos han dejado las últimas crisis es que, en momentos de alto estrés en el mercado, la correlación de las inversiones tradicionales aumenta, lo que limita el efecto diversificador de un portafolio. Históricamente, en dichos periodos las inversiones alternativas privadas han mantenido mejor su valor y en algunos casos generado retornos. Ello se debe a que la relativa iliquidez de estas inversiones impide que los inversionistas retiren su dinero, lo cual le da un tiempo adecuado al administrador del portafolio para reestructurar e implementar estrategias. Ello no ocurre en mercados públicos, donde la presión de los mercados es inmediata.

Las inversiones alternativas han estado desde siempre en el radar de los inversionistas. Activos como el real estate privado han formado parte de los portafolios de inversión desde hace décadas, donde la estabilidad de sus retornos y la baja volatilidad del activo, comparado al real estate público (REITs), han sido históricamente bien valorados por los inversionistas, inclusive por los retail. Sin embargo, el mercado alternativo como un todo ha estado enfocado en los inversionistas más sofisticados e institucionales. Ello ante los altos montos mínimos de entrada, los largos tiempos de espera para materializar la inversión (con llamadas de capital graduales y espaciadas en varios años) y la iliquidez de la inversión, lo que ha dejado con pocas opciones a los inversionistas retail.

Como una opción eficiente para abordar los principales problemas de los productos alternativos privados, han surgido los fondos privados semilíquidos, los cuales apuntan a ampliar significativamente la oferta de inversiones alternativas disponible a los inversionistas retail. Estos fondos, cuya oferta por parte de las grandes casas de fondos viene creciendo, diseña estructuras que permiten a los inversionistas tener ventanas de entrada y salidas con una periodicidad regular. Más allá de la liquidez, estas estructuras también permiten tener una exposición inmediata a los mercados privados (sin los periodos de espera característicos de los mismos), retorno en forma de cupones, y eliminan la necesidad de llamadas graduales de capital. Para lograr ello, normalmente los fondos semilíquidos mantienen una parte de la inversión total en activos líquidos, como por ejemplo cash o bonos del tesoro, lo cual permite cumplir con las necesidades de liquidez sin desinvertir el activo principal. Por el lado negativo, la estrategia de brindar liquidez reduce el retorno del activo final, ya que una menor proporción está invertida en el activo alternativo. Además, proveer liquidez periódica, implica la valorización teórica del activo subyacente en cada periodo, lo que potencialmente puede aumentar la volatilidad de este, comparada con la inversión privada. Por ello, es necesario tener presente los objetivos de inversión, para buscar los fondos con el mejor balance entre liquidez, riesgo y retorno para cada inversionista.

Podemos concluir que los eventos cíclicos de la economía, como las crisis financieras, las bajas tasas durante la década pasada y las perspectivas de menores rendimientos de los activos tradicionales al largo plazo, vienen dejando en desuso el enfoque 60/40 para portafolios de inversiones. Este enfoque clásico proponía una estrategia de inversión basada solo en acciones y bonos. Contrario a ello, con la mayor oferta de fondos alternativos (a través de estructuras semilíquidas), la tendencia actual es una estrategia 50/30/20 entre acciones, bonos e inversiones alternativas respectivamente. Este nuevo enfoque apunta a una mayor diversificación que permita un mejor balance entre rentabilidad, riesgo y liquidez.

Nota: El presente artículo, así como la opinión vertida en el mismo, son de exclusiva responsabilidad del autor. En ese sentido, la opinión del autor puede no coincidir con la opinión de BanBif, sus funcionarios, directores, accionistas y/o empleados, así como tampoco puede ser considerada como una asesoría y/o recomendación de BanBif a sus clientes o cualquier tercero.

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