Entre mediados del siglo XII y comienzos del siglo XIII, toda Europa empezó a quedar sembrada de unas instituciones educativas que hoy día nos resultan muy familiares, pero que eran entonces una novedad: las universidades. No se sabe exactamente cuál fue la primera que se fundó. Se da a veces la prioridad a la Universidad de Bolonia, en Italia, fundada por el emperador Federico I Barbarroja al otorgar su protección especial a las escuelas de derecho de la ciudad mediante la constitución Habita, en 1155, 1156 o 1158 (la fecha no es segura).

Las fundaciones se hicieron más numerosas a partir del Gran Cisma (1378-1417), que trastornó el papado y disminuyó mucho su autoridad favoreciendo, a cambio, las iniciativas de los príncipes seculares. La irresistible expansión geográfica de las universidades se explica por la función que cumplieron en la formación de un personal cualificado para el servicio de la Iglesia y de los Estados. Pero cabe señalar que lo que distinguió principalmente a esta institución, y lo que hace de ella un auténtico invento de la Edad Media occidental, fue su modo de organización.

¿Cómo se empiezan a formar las universidades?

Las universidades nacieron cuando profesores y estudiantes decidieron organizarse en asociaciones profesionales para defender sus intereses ante las autoridades de las ciudades, y lo hicieron siguiendo el modelo de los diversos oficios de la época y de todas las comunidades administradas mediante representantes: el modelo de la universitas.

Igual que había "universidades" de carniceros, orfebres o comerciantes de telas, se hablaba de una "universidad de los maestros y de los alumnos". El objetivo era gobernarse mediante autoridades propias, a la cabeza de las cuales se hallaban "decanos", "regentes" o "rectores", y ver reconocida su independencia respecto al municipio y al obispo gracias a privilegios otorgados por el emperador, el rey o el papa.

Como ocurre también hoy día, las universidades se dividían en facultades. La primera de ellas era la facultad de "artes", o de "artes liberales", en la que se enseñaban tres disciplinas de carácter general: gramática, retórica y dialéctica; esto es, el latín, la única lengua que se usaba en las universidades; el arte de escribir y hablar bien, y la lógica y la filosofía, el arte de pensar. Estas tres disciplinas se corresponden con el trivium, las tres artes liberales básicas de la cultura antigua. En cambio, la aritmética, la música, la astronomía y la geometría, que formaban el quadrivium, las cuatro artes liberales restantes, no se consideraban tan importantes, al igual que las "artes mecánicas", las enseñanzas técnicas, que eran despreciadas y consideradas indignas de un sabio.

La facultad de artes, en general, era la que tenía los efectivos más numerosos, puesto que proporcionaba la formación preparatoria para el eventual acceso a las otras tres facultades, a las que se consideraba "superiores": teología, medicina y derecho. De estas tres, la disciplina reina era la teología, la "ciencia de Dios".

¡Te escuchamos en [email protected]!

¿Quieres conocer más sobre las primeras universidades? Puedes visitar la fuente original en

Trailer: https://historia.nationalgeographic.com.es/a/nacimiento-universidad_7629